domingo, 26 de diciembre de 2010

¿A qué huele la Navidad?

Me encanta pasearme por los mercados de Navidad y disfrutar del ambiente, aunque no compre nada. La idea es la misma aquí y allí, pero pequeños detalles cambian; entre ellos el olor.


El mercado de Navidad de Madrid huele a castañas, pero también a musgo, a abeto y a serrín. Los mercados españoles huelen a belén, a plantas y a invierno, al plástico de los puestos de bromas y, a menudo, al cuero de los puestos de artesanía. 





Los mercados de Francia, sin embargo, huelen sobre todo a comida. El mercado de Aviñón huele a vino caliente, a fiambre y a lavanda (bueno, de hecho todo huele a lavanda en Provenza). El mercado de Montpellier huele también a vino caliente, pero se acompaña del olor a canela y, aunque parezca una tipicada, a crepes. Los mercados del norte huelen además a tartiflette, un plato estupendo para calentarse en invierno a base de patatas, queso y bacon en cantidades industriales. 


¡Como me gusta el olor a Navidad!

domingo, 12 de diciembre de 2010

Tortilla y olé (II)

Hace poco animaba en este post a expatriados y viajeros a cocinar tortillas de patatas para impresionar a los franceses. Como bien me lo habéis hecho notar, lo único que le faltaba a mi artículo era la receta, así que aquí va, junto con mis pequeños trucos personales.

TORTILLA DE PATATAS

Ingredientes:

- Patatas
- Huevos
- Cebollas (opcional)
- Sal
- Aceite

No pongo cantidades porque lo hago a ojo, hasta que todo tiene la consistencia que me gusta, pero no os preocupéis que explicaré todo en la receta.

Receta:


1. Lavar y pelar las patatas. Cortarlas en rodajas, no demasiado finas (ya que al freírse acabarían crujientes), ni demasiado gruesas (que no se harían nunca).

2. Aparte, y para los que les gusten, pelar y cortar las cebollas en tiras. Mientras tanto poner a calentar una sartén con una generosa cantidad de aceite.

3. Cuando el aceite esté bien caliente, poner las patatas a freír (si hace falta repartirlas en 2 ó 3 montones para ir friendo uno tras otro). Importante: tienen que quedar blanditas y hechas por dentro y un poquito doradas por fuera, pero muy poquito.

Consejo: para que el gusto se mezcle bien, a mi me gusta freír las patatas y la cebolla juntas. Primero pongo las patatas y añado la cebolla unos minutos después, para que no se fría demasiado.

4. En un bol, batir dos o tres huevos con un poco de sal, e ir echando las patatas ya fritas en la mezcla. Ir añadiendo huevos y patatas hasta conseguir una mezcla más bien consistente, ya que si queda demasiado líquida tiene un regustillo a tortilla francesa. La cantidad dependerá del número de comensales y del tamaño de las sartenes a disposición.

Consejo: es mejor poner las patatas a secar en papel de cocina un par de minutos antes de mezclarlas con los huevos; así la tortilla saldrá mucho menos grasienta y más sabrosa.

Mi pequeño truco personal: una vez que se ha mezclado todo, compactar la mezcla y dejar reposar durante 10-20 minutos para que las patatas absorban bien el huevo. Justo antes de freír la tortilla remover la mezcla y añadir un huevo más si las patatas han chupado demasiado.

5. Deshacerse de todo el aceite de freír con mucho cuidado (o coger una sartén nueva) y pasarle un papel de cocina con un poquito de aceite para que sólo quede una fina película. ¡Ojo a que no haya más, ya que se os caería en las manos al darle la vuelta a la tortilla!

Consejo: las tortillas quedan más sabrosas cuanto más gorditas son (sin pasarse, que sino no se hacen por el centro) así que es mejor evitar las sartenes enormes.

6. Con el fuego medio-alto, echar la mezcla en la sartén, darle forma con la espumadera y dejar que se haga unos minutos (unos 5 minutos o algo más, dependiendo de lo hecha que os guste). Con la ayuda de un plato, darle la vuelta y dejar que se termine de hacer. Voilà!