Para ti, Benedetti, porque tu voz sigue sonando alta y clara aún ahora
CHAU NUMERO 3
Te dejo con tu vida
tu trabajo
tu gente
con tus puestas de sol
y tus amaneceres.
Sembrando tu confianza
te dejo junto al mundo
derrotando imposibles
segura sin seguro.
Te dejo frente al mar
descifrándote sola
sin mi pregunta a ciegas
sin mi respuesta rota.
Te dejo sin mis dudas
pobres y malheridas
sin mis inmadureces
sin mi veteranía.
Pero tampoco creas
a pie juntillas todo
no creas nunca creas
este falso abandono.
Estaré donde menos
lo esperes
por ejemplo
en un árbol añoso
de oscuros cabeceos.
Estaré en un lejano
horizonte sin horas
en la huella del tacto
en tu sombra y mi sombra.
Estaré repartido
en cuatro o cinco pibes
de esos que vos mirás
y enseguida te siguen.
Y ojalá pueda estar
de tu sueño en la red
esperando tus ojos
y mirándote.
Mario Benedetti, 1920-2009
Muy bonito, lunette-pâte.
ResponderEliminar¿Qué pasa, que el que a una le guste la literatura también es de gafapastas? ¡Y yo pensando que era cosa de cultura general! ¡Seré burra a veces! ;-)
ResponderEliminarEra una broma. Me ha gustado el poema.
ResponderEliminarLunette-pâte...
ResponderEliminarSi en el fondo eres como Hitler, mucho matar judíos pero luego resulta que tú eres otro... xD