Sobre huelgas y revoluciones (I)

Prohibido prohibir decir

Por alguna extraña razón yo, estudiante extranjerita llegada apenas año y medio a la France, he acabado siendo designada como representante de mi clase en la huelga de estudiantes.

Si alguno de vosotros está al tanto de la actualidad francesa, sabrá que estamos en plena huelga por la nueva ley de reforma universitaria; huelga que comenzó en París hace un par de semanas y que en cuestión de días se había extendido a la mitad de las universidades del país. (Véase mi post anterior sobre el tema aqui. La actualidad la podéis seguir aqui .)

Como estudiantes y más especialmente como estudiantes de una carrera de letras, la reforma nos toca a mis compañeros y a mí de cerca y hace peligrar nuestro futuro formativo y profesional. Por ello cuál no ha sido mi sorpresa cuando el 80% del alumnado y profesorado de mi carrera se ha pronunciado pro-huelga, pero ha seguido dando las clases como si nada. Pero es qe esta tarde he buscado en Google la lista de las universidades en huelga y la mía no aparecía por ninguna parte. Y la guinda del pastel fue que una gran parte de los que se dicen pro-huelga han confesado no saber siquiera por qué la hacen.

Varios estudiantes algo más “concienciados” hemos creado una delegación que va a intentar informar y coordinar a nuestros desastrosos compañeros para llevar a cabo la huelga, pero sin perder por ello el semestre.
¿Las propuestas? Dar las clases por Internet o sacar los libros de texto a las cafeterías de la ciudad; cualquier cosa con tal de no ir a la universidad y dar nuestro apoyo a una ley que pretende acabar con nosotros.
¿Lo conseguiremos? Aún es pronto para saberlo, pero no hay que dejar de intentarlo. El lunes tenemos nuestra asamblea interna y el martes será la asamblea central en París la que decidirá si seguimos o no con las protestas.

Quizás algún día nuestros nombres también estén en los libros de texto, junto a aquellos revolucionarios de Mayo del 68… Mientras tanto, seguiremos luchando por una enseñanza abierta a todos y de calidad, aunque el gobierno (o quizás sea simplemente el capitalismo) se empeñe en lo contrario.

Esto ha sido todo desde Avignon. Estén atentos a futuras retransmisiones.