martes, 10 de febrero de 2009

Sobre huelgas y revoluciones (II)


Ya ha tenido lugar la prometida asamblea y los resultados han sido mucho mejores de los esperados:
Audiencia: 50% del alumnado de mi carrera.
Objetivos: Informar (hecho), proponer vías de acción (hecho) y decidir cuál de ellas tomar (hecho). Evitar movimientos demasiado exaltados para poder llevar a cabo un verdadero diálogo (hecho).
Resultados: unanimidad en la decisión de ir a la huelga. Propuesta de realizar las clases por Internet o fuera de la facultad (Ej. cafeterías o parques).
Puntos negativos: el profesorado. Pese a ser una huelga convocada por ellos y alegando que ya había convocada una manifestación al día siguiente, sólo 1 de nuestros alrededor de 15 profesores hizo aparición durante nuestra asamblea.

¿Qué nos queda por hacer?
En la orden del día tenemos: informar al resto de profesores de nuestra decisión, convencerles para continuar con las clases fuera de los muros de la universidad e informar al resto de compañeros ausentes durante la asamblea.
Aprovechando nuestra clase de Derecho, una de las pocas en las que nos juntamos todos los grupos al mismo tiempo, y gracias a nuestra comprensiva profesora, este viernes expondremos los resultados del sondeo entre profesores y votaremos por la reconducción de la huelga.

Mientras tanto, en estos momentos se está llevando a cabo una asamblea en París para decidir sobre la reconducción o no de la huelga en el plano nacional.
Y el miércoles encuentro de la comunidad universitaria con nuestra querida Ministra de Educación Superior e Investigación. Tiembla, Constantino*.

VIVA LA HUELGA. Ellos consiguen beneficios, se llenan de grasa, contaminan. Nos mienten, nos explotan, nos echan a perder, no nos dan nada, ceden. La huelga es una herramienta de defensa y de conquista. ¡Es un derecho!



(* El emperador Constantino fue el creador de la primera universidad del mundo al fundar, en el 340, la Universidad de Constantinopla)

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